Resumo de Casa De Muñecas

Casa de muñecas, la obra teatral noruega escrita por Henrik Ibsen en 1879, es una aguda crítica sobre los tradicionales roles del hombre y de la mujer en el ámbito del matrimonio durante la época victoriana. Desde los primeros diálogos, la impresión que tenemos de la protagonista es la de una mujer que se comporta como una nena caprichosa que juega y se divierte todo el día, encapotándose por motivos fútiles. La mutación y la concientización de Nora advienen cuando finalmente entiende que su marido no era en realidad esa noble persona que ella creía, y que su rol en ese matrimonio había sido el de una simple y bella marioneta, forzada a vivir en una Casa de muñecas. Nora es extorsionada por Krogstad a causa de un préstamo ilícito che ella había efectuado, falsificando la firma del padre para salvar la vida de su marido gravemente enfermo. Cuando el marido, Helmer, descubre el hecho, lo asalta la preocupación de perder su reputación. Esta angustia obnubila cualquier otro tipo de pensamiento, y preso de la desesperación, le dice a Nora que la consideraba una mujer indigna, por lo tanto no le reconoce que el gesto de ella había sido por amor. Gracias al intervención de una amiga de Nora, que declara a Krogstad que se quiere casar con el, la extorsión que amenazaba a la familia se da por terminada.Helmer luego de escuchar la noticia perdona a su mujer, pero para Nora la vida no puede volver a ser la de antes: todas sus ilusiones fueron traicionadas así como sus certezas fueron quebradas. Ella decide entonces abandonar a Helmer para ir en busca de la propia identidad e para ´´reflexionar con mi cerebro y darme cuenta claramente de todas las cosas´´.Para los victorianos la relación matrimonial era considerada sacrosanta y el abandono del marido por parte de la mujer era inconcebible y totalmente inaceptable. El drama de Nora es el de una mujer obligada a vivir en una sociedad en la cual no siente de pertenecer. Su historia no es sólo una polémica sobre la condición femenina del siglo diecinueve, sino que también representa un testimonio del inoprimente deseo de libertad y de vida. Ahora antes que nada Nora quiere vivir plenamente y realizarse como persona, ocupándose de ella misma sin volver a ser nunca más ´´una muñeca´´. La obra fue considerada por mucho tiempo como una especie de manifiesto del movimiento feminista: Ibsen de hecho era conocido por haber sostenido la causa de la emancipación femenina como demuestra, entre otras cosas, su discurso en Roma, en febrero de 1879 en el que declaró que en la Asociación de artistas escandinavos también las mujeres deberían tener derecho a votar. No obstante el autor negó haber escrito Casa de Muñecas como un drama feminista.

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