Resumo de Las Flores Del Mal - Charles Baudelaire

Las flores del Mal. Charles Baudelaire Edit. Losada 4ta. edición 1965 ?Fieles son la heridas del que ama; Como inoportunos los besos del que aborrece? Proverbios?27: 6. Difamado, incomprendido y ahora ensalzado, todo injusta e indebidamente?. Parece que en Baudelaire todo llegó a destiempo; poeta contemporáneo al siglo IXX, censurado por la sociedad hipócrita donde le tocó vivir, alzando su voz valiente evidenciando dicha hipocresía; dejando varias obras testimoniales, Las Flores del Mal, entre las más conocida tal vez porque fue la causante de su prohibición y condena. La misma sociedad hipócrita, que a los pocos años despreció el Impresionismo; y miró horrorizada el famoso desnudo de Modigliani por tener bello púbico, etc., etc.? Reviso biografías en busca de una supuesta verdad objetiva, encontrándome con listados condenatorios de conductas no relacionadas con lo literario, a saber: Que fue borracho, Opiómano, que dilapidó una fortuna heredada; Que sus versos eran satánicos, etc. etc?. Fieles son las heridas de este poeta, observador crítico de su mundo circundante, cáustico pero no desde un pedestal, sino, partiendo de sus propias debilidades humanas. Análisis literarios de su obra: escasos, solo comentarios arbitrarios, como decía anteriormente hundiéndolo o enalteciéndolo con pobres argumentos. La Flores del Mal, es un libro cuyo primer mérito es la autenticidad en el sentido que no trepida en señalar las cosas por su nombre, en una época azucarada y decadente, en que se hacía uso y abuso del ?estilo? Rococó que era ni más ni menos que una degeneración del Barroco?París era una ciudad bullente, con todo sus vicios y virtudes haciendo gala de los primeros según testimonio gráfico del propio Tulouse Leutrec; Padre del fiche callejero, en los cuales se publicitaba una diversión prostibularia, no por ello desmerecedora de la calidad de aquellas obras pictóricas? Probablemente fue un vicioso, pero en sus Flores no hace apología de sus vicios, muy por el contrario: los condena, le habla al altísimo a veces enfadado de ver tanta injusticia; reniega de su mala suerte y el destino, poco valorado, del poeta; En una sociedad edulcorada denominada Bella Época, percibida como Bella solo para una minoría obnubilada con los cuadros de Watteau?Naturalmente, ningún rebelde es simpático, menos cuando nos enrrostra verdades a través de poemas? En el primero de ellos arranca con una ácida crítica al lector, a su papel cómodo y su tedio ocioso, para terminar trantándolo de hermano mío, vale decir, auto criticándose, haciendo gala de total honestidad. Estamos en plena época del romanticismo decadente: todo huele a rosas, no obstante la sífilis abunda y es incurable, enfermedad que el mismo padece sin afectar su literatura. Hoy se habla de poeta ?simbolista? no sé que tendrá que ver la poesía de él, con Rimbau, (no por lo menos en las Flores) autor que fue su creador. Hoy, parece que a fuerza de elogios infundados pretendiéramos reparar esa injusticia practicada en él por nuestros antepasados literatos. Algunos hoy lo tratan: ?del mejor poeta francés de todos los tiempos?; del lodo al mármol, sin ningún pudor ni vacilaciones? Invito a leer Las Flores del Mal, situándose en dicha época; observando formas y estilos obteniendo vuestras propias conclusiones y verán la diferencia. Resulta doloroso mirar su sufrimiento y observaciones a partir de él mismo; en el poema Las Viejecillas, nos habla de Evas octogenarias, observadas a hurtadillas confiesa ese pecado, sintiendo lástima, conmovido por sus propias descripciones: ?Todas podrían hacer ríos con sus lágrimas?percibe el papel relegatorio de la mujer signado por la Patria, Esposos o Hijos y lo dice sin tapujos?En otro poema, la madre que reniega del hijo poeta, leyéndose entre líneas: No sirves para nada, condenatorio del artista en toda época quizá al no poder desempeñar trabajos comunes al resto de la gente. Se comenta, también,en forma maliciosa, la dilapidación de una fortuna heredada, omitiendo que era un poeta y no un fináncista o especulador, como los que abundan ahora elevando precios de pinturas artificialmente, justamente de autores que murieron en la miseria más espantosa, como Modigliani; Van Gogh y tantos otros, en actos comerciales tan deleznables como viles, pero que a nadie incomodan? Tampoco se ha vacilado en tratarlo de ?maldito? desvirtuando la palabra maldición haciéndola aparecer como condición obligatoria del talento, por pseudo poetas, muchos de los cuales exhiben curriculum, que parecen más la postulación a una empresa multinacional, que la presentación de un artista. Se olvidan que al creador se lo juzga por su obra, no por su comportamiento personal y privado, tampoco por sus logros académicos; recordemos que muchos pintores famosos no terminaron la Escuela de Arte, por un motivo bastante razonable: el evitar influencias? Pero nuestra época se caracteriza por preferir lo exterior; viviendo el reino de la apariencia y la superficialidad, pretendemos embellecernos a costa de cirugías; cultivar nuestros espíritus a través de resúmenes y condensaciones escritas de fácil digestión, en fin, hemos evolucionado poco de allí a esta parte? Mientras no cambie el corazón del hombre Las Flores del Mal de este sincero escritor, permanecerán sin marchitarse. Lontue

Resumos Relacionados