Resumo de Charlie Y La Fábrica De Chocolate

Roald Dahl, uno de los autores irlandeses más leídos en el mundo, escribe en 1964 un libro que no ha perdido nada de su encanto a ojos de niños y adultos durante más de cuatro décadas.
Charlie es un Niño muy pobre, en el seno de una familia cariñosa; vive con su padre, su madre y sus abuelos. Le encanta el chocolate, y sueña con conocer por dentro la enorme fábrica del chocolatero Willy Wonka, cercana a su destartalada casa.
Nadie conoce a los empleados de la fábrica (si bien uno de los abuelos de Charlie, Joe, había trabajado en ella muchos años atrás), aunque la empresa ha continuado abasteciendo de chocolate a tiendas del mundo entero.
Un día, su propietario anuncia que permitirá a cinco niños entrar a la fábrica y conocer sus secretos. Las cinco entradas estarán ocultas en sendas chocolatinas, y Charlie ?que sólo comía una golosina el día de su cumpleaños? será, sin embargo, uno de los afortunados ganadores.
Los niños que compartirán la aventura son arquetipos de lo que una mala crianza y el alto poder adquisitivo de los adultos pueden conseguir: un niño sumamente glotón; una niña consentida a quien su padre da todos los gustos; una niña mezquina a quien sólo le importan sus trofeos, conseguidos en campeonatos de masticar chicles, y un niño sabihondo, que alardea de su inteligencia. Todos ellos, excepto Charlie, deberán abandonar el paseo por la fábrica antes de tiempo, a causa de sus defectos.
El abuelo Joe acompañará a Charlie a través de la fábrica, operada por increíbles criaturas a través de toda clase de artilugios inventados por Willy Wonka, gracias a la fértil imaginación de Dahl.
Entre Charlie y el propietario de la fábrica se entabla una relación intensa ?ya que Wonka es también un personaje poco convencional, que no ha salido en años de su fábrica (evocando otros arquetipos de los cuentos maravillosos, como el del Ogro aislado en un jardín helado, a quien la bondad de un niño permite recuperar la felicidad) y que oculta una niñez marcada por conflictos con su propio padre.
Cuando, por fin, Willi Wonka devela el verdadero secreto del concurso ?encontrar un heredero para su imperio chocolatinero? y escoge a Charlie como su continuador, éste declina el ofrecimiento, para no separarse de su familia.
Cada personaje de la novela saldrá de la aventura cambiado para siempre, tanto como los lectores.
Si bien se trata de una fábula moral ?como es tradicional en la literatura infantil?Roald Dahl construye un texto que excede, con mucho, el mero objetivo pedagógico. El contacto con la estética de este autor, que en cada uno de sus textos combina como pocos el respeto por la inteligencia de los niños, el humor y la imaginación, es la mejor «enseñanza» que puede obtener el lector. «Charlie y la fábrica de chocolate» es un libro imperdible, para todos aquellos que apuestan por una ética no comercial en la literatura para niños y adultos.

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