Resumo de Doña Bárbara - Rómulo Gallegos

Con abundancia de jerga llanera, dando un toque realista e incluso costumbrista, pero Con una tipificación de los personajes que llega a la pura simbología, con el regeneracionismo y el paternalismo burgués que en Europa sería más propio del diecinueve, el venezolano Rómulo Gallegos realiza una de las novelas sudaméricanas más aclamadas del siglo veinte.
El protagonista es Santos Luzardo, un joven abogado y terrateniente de una propiedad en los llanos, que después de muchos años de abandono decide ir a la hacienda que fue de sus padres y la encuentra menguada y empobrecida por los manejos de la cacique del lugar, la bella mestiza cuarentona Doña Bárbara. Ésta tiene envenenado el corazón desde que a los quince años, cuando se fugaba con su primer y único amor, fue violada mientras él era asesinado. A partir de entonces, llena de odio por los hombres, se dedica a seducirlos y convertirlos en peleles a su servicio. Así hizo, entre otros con Lorenzo Luzardo, primo de Santos, inteligente y prometedor joven en otro tiempo, que ha acabado entregado al alcoholismo y viviendo en la miseria en una sección de la hacienda junto con la hija que tuvo con la cacique, la bella Marisela.
Santos trata de educar y sacar del semisalvajismo a Marisela y ésta se enamora de él, aunque él se muestra remiso ante ella, pensando que una pareja así no tendría futuro. En general, su afán es regenerar el llano, hacer que vuelva a guiarse por las leyes en lugar de por las presiones de los más fuertes y por la pura violencia. Con esta intención, planea poner un pleito a Doña Bárbara, por sus apropiaciones ilegales de lo que fue de sus padres, pero la ley no está dispuesta a salir de su dependencia hacia la cacique. Doña Bárbara también está enamorada de Santos y le ofrece restituirle voluntariamente sus tierras, con la pretensión de caerle bien, pero él lo rechaza.
Mientras Marisela, harta de que Santos no le haga caso, regresa a su salvajismo, él, también harto de que la ley no sea tal, decide acudir a la fuerza. En unos días de violencia, caerán varios de sus peones y finalmente, el principal pistolero de Doña Bárbara será abatido por uno de los peones del abogado. En un final excesivamente blando, meramente ejemplarizador y muy poco convincente, Doña Bárbara se arrepentirá justo en el momento en qué está a punto de disparar sobre su propia hija y rival amorosa. Le parecerá por un segundo ver en ella la felicidad que ella tenía con el amante que le asesinaron. Y después de restituir las propiedades robadas y de traspasar su riqueza a su hija, la cacique desaparecerá en el pantano, suicidándose según unos y huida misteriosamente según otros.

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